Éxodo 8:1-32
8:1Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
8:2 Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré con ranas todos tus territorios.
8:3 Y el río criará ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa, en la cámara donde duermes, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas.
8:4 Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre todos tus siervos.
El Señor le dijo a Moisés que hablara con Faraón de nuevo. Su orden a Faraón fue a dejar ir a Su pueblo. No había una solicitud para un festival esta vez; era sólo un mandato para dejar ir a Su pueblo. Si ellos no fueron liberados, ranas invadirían Egipto desde el Nilo. Las ranas se esperaban cerca del Nilo, cuando las aguas retrocedieron, pero a partir de la evidencia en el texto podemos ver que el Nilo toda avía no había retrocedido. Las ranas también iban invadir al pueblo. Los egipcios vieron las ranas como teniendo un poder divino. La diosa Heqet tenía una cabeza de una rana y la forma de una mujer.
Dios usaría los animales divinos de Egipto en contra de ellos. Las ranas se infestarían en cada parte de la vida de los egipcios. Ellos infestan el sueño, la alimentación, incluso hasta el punto de infestar a los siervos de los egipcios.
8:1Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
8:2 Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré con ranas todos tus territorios.
8:3 Y el río criará ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa, en la cámara donde duermes, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas.
8:4 Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre todos tus siervos.
El Señor le dijo a Moisés que hablara con Faraón de nuevo. Su orden a Faraón fue a dejar ir a Su pueblo. No había una solicitud para un festival esta vez; era sólo un mandato para dejar ir a Su pueblo. Si ellos no fueron liberados, ranas invadirían Egipto desde el Nilo. Las ranas se esperaban cerca del Nilo, cuando las aguas retrocedieron, pero a partir de la evidencia en el texto podemos ver que el Nilo toda avía no había retrocedido. Las ranas también iban invadir al pueblo. Los egipcios vieron las ranas como teniendo un poder divino. La diosa Heqet tenía una cabeza de una rana y la forma de una mujer.
Dios usaría los animales divinos de Egipto en contra de ellos. Las ranas se infestarían en cada parte de la vida de los egipcios. Ellos infestan el sueño, la alimentación, incluso hasta el punto de infestar a los siervos de los egipcios.
8:5 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos y estanques, para que haga subir ranas sobre la tierra de Egipto.
8:6 Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto.
8:7 Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto.
El Faraón aparentemente se negó de nuevo, ya que la siguiente frase del Señor a Moisés era para traer la plaga a Egipto. La Palabra dice que las ranas cubrieron la tierra de Egipto. Los magos egipcios, para demostrar el “poder” de sus dioses ¡multiplicaron la hazaña! Lo interesante que vemos es que no importa cuántas veces los magos multiplicaron una plaga nunca podían quitarlo. Fue sólo Dios que pudo hacerlo.
8:8 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová.
8:9 Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río.
8:10 Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios.
8:11 Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo, y solamente quedarán en el río.
Faraón, al parecer molesto porque sus magos que no pudieron eliminar la plaga, llamo a Moisés y Aarón y les pidió que quitara la plaga. No te lo pierdas que el pidió que ellos le pidieran al Señor que quitara la plaga. El supuesto "dios" de los egipcios estaba pidiendo al Dios de los esclavos hebreos para el alivio. ¡Moisés, incluso le dio la opción de qué fecha! Faraón prometió dejarlos ir y él eligió el día siguiente.
8:12 Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia de Faraón. Y clamó Moisés a Jehová tocante a las ranas que había mandado a Faraón.
8:13 E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los cortijos y de los campos.
8:14 Y las juntaron en montones, y apestaba la tierra.
8:15 Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
Moisés clamó al Señor y el Señor hizo conforme a la palabra de Su profeta. Al día siguiente, las ranas murieron y hubo un montón de ranas muertas a lo largo del Nilo. Una vez más la tierra se corrompió con el hedor de la muerte. Cuando Faraón vio alivio, renegó su palabra y no dejo los israelitas salir.
8:16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto.
8:17 Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto.
8:18 Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias.
8:19 Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
La próxima plaga llegó sin aviso. Dios envió a los piojos (o posiblemente mosquitos) a través de toda la tierra de Egipto. Los magos trataron de replicarlo, pero no pudieron. Los piojos se posaron en cada ser viviente en la tierra. Esto otra vez podría haber sido una burla de su dios Set del desierto o tal vez del sacerdocio desde que trataron de ser muchas limpiezas rituales.
8:20 Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale al río; y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
8:21 Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén.
8:22 Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra.
8:23 Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal.
8:24 Y Jehová lo hizo así, y vino toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto; y la tierra fue corrompida a causa de ellas.
El Señor envió a Moisés de nuevo para amenazar a Faraón, esta vez con moscas. Dios separaría esta plaga de Su pueblo que vivía en Gosén. Israel no sentiría ninguna parte de esta plaga. Al parecer, el faraón se negó, y de nuevo otra plaga cayó sobre Egipto. Una densa nube, opresivo de moscas es una de las maneras este texto puede ser traducido. Estos podrían haber burlado dos dioses diferentes: Re y Ichneuman.
8:25 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra.
8:26 Y Moisés respondió: No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos a Jehová nuestro Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían?
8:27 Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, como él nos dirá.
8:28 Dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí.
8:29 Y respondió Moisés: He aquí, al salir yo de tu presencia, rogaré a Jehová que las diversas clases de moscas se vayan de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a dar sacrificio a Jehová.
8:30 Entonces Moisés salió de la presencia de Faraón, y oró a Jehová.
8:31 Y Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés, y quitó todas aquellas moscas de Faraón, de sus siervos y de su pueblo, sin que quedara una.
8:32 Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.
Faraón ahora comienza el intento de llegar a un acuerdo. El primero dice que los israelitas podían sacrificar, pero en la tierra de Egipto. Moisés, sabiendo de la cultura egipcia sabía que sería inaceptable a los ojos de los egipcios. Así, Moisés dijo que necesitaban tres días de camino y allí sacrificaban. Faraón estaba de acuerdo con la condición de que los israelitas no irían muy lejos. Moisés le pidió al Señor que quitara las moscas, y cuando las moscas se habían ido, el faraón cambió de opinión una vez más.
Tenga en cuenta que la obstinación de Faraón trajo Egipto al borde de la extinción. Él hizo que muchos morían a causa de su propio orgullo. Si él hubiera sido fiel a su palabra, no había ninguna razón para creer que ningún egipcio habría sido dañado.
¿Cuántas veces lo hacemos en nuestras vidas? "Yo sé mejor que lo que el predicador estaba diciendo" o "eso no se aplica a mí." La Biblia aplica a todos, sin importar su condición o raza, cultura o cualquier cosa. Tenemos que descender de nuestros altos caballos y darnos cuenta de que Dios está a cargo de nuestra propia existencia. ¿Si no fuera por sus misericordias, que ni siquiera existiría? Tenemos que dejar de obstinadamente y egoístamente querer nuestras costumbres y tenemos que empezar a pensar como cristianos. ¿Dios quiere que yo haga esto? ¿Será El que se glorifica si pienso o actúo de esta manera, o debo cambiar mis planes?
8:6 Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto.
8:7 Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto.
El Faraón aparentemente se negó de nuevo, ya que la siguiente frase del Señor a Moisés era para traer la plaga a Egipto. La Palabra dice que las ranas cubrieron la tierra de Egipto. Los magos egipcios, para demostrar el “poder” de sus dioses ¡multiplicaron la hazaña! Lo interesante que vemos es que no importa cuántas veces los magos multiplicaron una plaga nunca podían quitarlo. Fue sólo Dios que pudo hacerlo.
8:8 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová.
8:9 Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río.
8:10 Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios.
8:11 Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo, y solamente quedarán en el río.
Faraón, al parecer molesto porque sus magos que no pudieron eliminar la plaga, llamo a Moisés y Aarón y les pidió que quitara la plaga. No te lo pierdas que el pidió que ellos le pidieran al Señor que quitara la plaga. El supuesto "dios" de los egipcios estaba pidiendo al Dios de los esclavos hebreos para el alivio. ¡Moisés, incluso le dio la opción de qué fecha! Faraón prometió dejarlos ir y él eligió el día siguiente.
8:12 Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia de Faraón. Y clamó Moisés a Jehová tocante a las ranas que había mandado a Faraón.
8:13 E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los cortijos y de los campos.
8:14 Y las juntaron en montones, y apestaba la tierra.
8:15 Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
Moisés clamó al Señor y el Señor hizo conforme a la palabra de Su profeta. Al día siguiente, las ranas murieron y hubo un montón de ranas muertas a lo largo del Nilo. Una vez más la tierra se corrompió con el hedor de la muerte. Cuando Faraón vio alivio, renegó su palabra y no dejo los israelitas salir.
8:16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto.
8:17 Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto.
8:18 Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias.
8:19 Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.
La próxima plaga llegó sin aviso. Dios envió a los piojos (o posiblemente mosquitos) a través de toda la tierra de Egipto. Los magos trataron de replicarlo, pero no pudieron. Los piojos se posaron en cada ser viviente en la tierra. Esto otra vez podría haber sido una burla de su dios Set del desierto o tal vez del sacerdocio desde que trataron de ser muchas limpiezas rituales.
8:20 Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale al río; y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
8:21 Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén.
8:22 Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra.
8:23 Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal.
8:24 Y Jehová lo hizo así, y vino toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto; y la tierra fue corrompida a causa de ellas.
El Señor envió a Moisés de nuevo para amenazar a Faraón, esta vez con moscas. Dios separaría esta plaga de Su pueblo que vivía en Gosén. Israel no sentiría ninguna parte de esta plaga. Al parecer, el faraón se negó, y de nuevo otra plaga cayó sobre Egipto. Una densa nube, opresivo de moscas es una de las maneras este texto puede ser traducido. Estos podrían haber burlado dos dioses diferentes: Re y Ichneuman.
8:25 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra.
8:26 Y Moisés respondió: No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos a Jehová nuestro Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían?
8:27 Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, como él nos dirá.
8:28 Dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí.
8:29 Y respondió Moisés: He aquí, al salir yo de tu presencia, rogaré a Jehová que las diversas clases de moscas se vayan de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a dar sacrificio a Jehová.
8:30 Entonces Moisés salió de la presencia de Faraón, y oró a Jehová.
8:31 Y Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés, y quitó todas aquellas moscas de Faraón, de sus siervos y de su pueblo, sin que quedara una.
8:32 Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.
Faraón ahora comienza el intento de llegar a un acuerdo. El primero dice que los israelitas podían sacrificar, pero en la tierra de Egipto. Moisés, sabiendo de la cultura egipcia sabía que sería inaceptable a los ojos de los egipcios. Así, Moisés dijo que necesitaban tres días de camino y allí sacrificaban. Faraón estaba de acuerdo con la condición de que los israelitas no irían muy lejos. Moisés le pidió al Señor que quitara las moscas, y cuando las moscas se habían ido, el faraón cambió de opinión una vez más.
Tenga en cuenta que la obstinación de Faraón trajo Egipto al borde de la extinción. Él hizo que muchos morían a causa de su propio orgullo. Si él hubiera sido fiel a su palabra, no había ninguna razón para creer que ningún egipcio habría sido dañado.
¿Cuántas veces lo hacemos en nuestras vidas? "Yo sé mejor que lo que el predicador estaba diciendo" o "eso no se aplica a mí." La Biblia aplica a todos, sin importar su condición o raza, cultura o cualquier cosa. Tenemos que descender de nuestros altos caballos y darnos cuenta de que Dios está a cargo de nuestra propia existencia. ¿Si no fuera por sus misericordias, que ni siquiera existiría? Tenemos que dejar de obstinadamente y egoístamente querer nuestras costumbres y tenemos que empezar a pensar como cristianos. ¿Dios quiere que yo haga esto? ¿Será El que se glorifica si pienso o actúo de esta manera, o debo cambiar mis planes?