Génesis 31:31-55
31:31 Respondió Jacob y dijo a Labán: Porque tuve miedo; pues pensé que quizá me quitarías por fuerza tus hijas.
31:32 Aquel en cuyo poder hallares tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tenga tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.
31:33 Entró Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea, y en la tienda de las dos siervas, y no los halló; y salió de la tienda de Lea, y entró en la tienda de Raquel.
31:34 Pero tomó Raquel los ídolos y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán en toda la tienda, y no los halló.
31:35 Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.
Después que Labán le preguntó por sus dioses, Jacob puso una pena de muerte a quien lo tenía (el obviamente no sabía que Raquel los tenían) y Jacob le dio permiso para buscar a través de todas sus cosas. Labán, al parecer, no creyendo su yerno, comenzó su búsqueda. Cuando llegó a la tienda de Raquel, Raquel se sentó en sima de los ídolos fingiendo que era el momento de la regla. Labán no encontró a sus dioses domésticos.
31:36 Entonces Jacob se enojó, y riñó con Labán; y respondió Jacob y dijo a Labán: ¿Qué transgresión es la mía? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución?
31:37 Pues que has buscado en todas mis cosas, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí delante de mis hermanos y de los tuyos, y juzguen entre nosotros.
31:38 Estos veinte años he estado contigo; tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas.
31:39 Nunca te traje lo arrebatado por las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de noche, a mí me lo cobrabas.
31:40 De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos.
31:41 Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces.
31:42 Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.
Finalmente Jacob se molestó y le preguntó qué había sido su culpa. Él dio la historia de sus transacciones y, o Jacob había sido engañado más de lo que sabemos (que es posible) o el exagera para hacer su punto de que fue engañado varias veces. Había servido a Labán durante 20 años y él le dio crédito a Dios por su protección y provisión. ¿Dónde ponemos nuestra protección y provisión? Muchas veces lo ponemos en nuestras propias manos. Que es una cosa terrible, porque sinceramente no somos más que administradores de nuestros bienes. El segundo que morimos vamos a estar en la presencia de Dios, y no poseemos nada.
31:43 Respondió Labán y dijo a Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, hijos míos son, y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿y qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas han dado a luz?
31:44 Ven, pues, ahora, y hagamos pacto tú y yo, y sea por testimonio entre nosotros dos.
31:45 Entonces Jacob tomó una piedra, y la levantó por señal.
31:46 Y dijo Jacob a sus hermanos: Recoged piedras. Y tomaron piedras e hicieron un majano, y comieron allí sobre aquel majano.
31:47 Y lo llamó Labán, Jegar Sahaduta; y lo llamó Jacob, Galaad.
31:48 Porque Labán dijo: Este majano es testigo hoy entre nosotros dos; por eso fue llamado su nombre Galaad;
31:49 y Mizpa, por cuanto dijo: Atalaye Jehová entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro.
31:50 Si afligieres a mis hijas, o si tomares otras mujeres además de mis hijas, nadie está con nosotros; mira, Dios es testigo entre nosotros dos.
31:51 Dijo más Labán a Jacob: He aquí este majano, y he aquí esta señal, que he erigido entre tú y yo.
31:52 Testigo sea este majano, y testigo sea esta señal, que ni yo pasaré de este majano contra ti, ni tú pasarás de este majano ni de esta señal contra mí, para mal.
31:53 El Dios de Abraham y el Dios de Nacor juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y Jacob juró por aquel a quien temía Isaac su padre.
31:54 Entonces Jacob inmoló víctimas en el monte, y llamó a sus hermanos a comer pan; y comieron pan, y durmieron aquella noche en el monte.
31:55 Y se levantó Labán de mañana, y besó sus hijos y sus hijas, y los bendijo; y regresó y se volvió a su lugar.
31:31 Respondió Jacob y dijo a Labán: Porque tuve miedo; pues pensé que quizá me quitarías por fuerza tus hijas.
31:32 Aquel en cuyo poder hallares tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tenga tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.
31:33 Entró Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea, y en la tienda de las dos siervas, y no los halló; y salió de la tienda de Lea, y entró en la tienda de Raquel.
31:34 Pero tomó Raquel los ídolos y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán en toda la tienda, y no los halló.
31:35 Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.
Después que Labán le preguntó por sus dioses, Jacob puso una pena de muerte a quien lo tenía (el obviamente no sabía que Raquel los tenían) y Jacob le dio permiso para buscar a través de todas sus cosas. Labán, al parecer, no creyendo su yerno, comenzó su búsqueda. Cuando llegó a la tienda de Raquel, Raquel se sentó en sima de los ídolos fingiendo que era el momento de la regla. Labán no encontró a sus dioses domésticos.
31:36 Entonces Jacob se enojó, y riñó con Labán; y respondió Jacob y dijo a Labán: ¿Qué transgresión es la mía? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución?
31:37 Pues que has buscado en todas mis cosas, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí delante de mis hermanos y de los tuyos, y juzguen entre nosotros.
31:38 Estos veinte años he estado contigo; tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas.
31:39 Nunca te traje lo arrebatado por las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de noche, a mí me lo cobrabas.
31:40 De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos.
31:41 Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces.
31:42 Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.
Finalmente Jacob se molestó y le preguntó qué había sido su culpa. Él dio la historia de sus transacciones y, o Jacob había sido engañado más de lo que sabemos (que es posible) o el exagera para hacer su punto de que fue engañado varias veces. Había servido a Labán durante 20 años y él le dio crédito a Dios por su protección y provisión. ¿Dónde ponemos nuestra protección y provisión? Muchas veces lo ponemos en nuestras propias manos. Que es una cosa terrible, porque sinceramente no somos más que administradores de nuestros bienes. El segundo que morimos vamos a estar en la presencia de Dios, y no poseemos nada.
31:43 Respondió Labán y dijo a Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, hijos míos son, y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿y qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas han dado a luz?
31:44 Ven, pues, ahora, y hagamos pacto tú y yo, y sea por testimonio entre nosotros dos.
31:45 Entonces Jacob tomó una piedra, y la levantó por señal.
31:46 Y dijo Jacob a sus hermanos: Recoged piedras. Y tomaron piedras e hicieron un majano, y comieron allí sobre aquel majano.
31:47 Y lo llamó Labán, Jegar Sahaduta; y lo llamó Jacob, Galaad.
31:48 Porque Labán dijo: Este majano es testigo hoy entre nosotros dos; por eso fue llamado su nombre Galaad;
31:49 y Mizpa, por cuanto dijo: Atalaye Jehová entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro.
31:50 Si afligieres a mis hijas, o si tomares otras mujeres además de mis hijas, nadie está con nosotros; mira, Dios es testigo entre nosotros dos.
31:51 Dijo más Labán a Jacob: He aquí este majano, y he aquí esta señal, que he erigido entre tú y yo.
31:52 Testigo sea este majano, y testigo sea esta señal, que ni yo pasaré de este majano contra ti, ni tú pasarás de este majano ni de esta señal contra mí, para mal.
31:53 El Dios de Abraham y el Dios de Nacor juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y Jacob juró por aquel a quien temía Isaac su padre.
31:54 Entonces Jacob inmoló víctimas en el monte, y llamó a sus hermanos a comer pan; y comieron pan, y durmieron aquella noche en el monte.
31:55 Y se levantó Labán de mañana, y besó sus hijos y sus hijas, y los bendijo; y regresó y se volvió a su lugar.
Labán ofreció un pacto, y Jacob aceptó. Jacob levanto un monumento, y comieron juntos cerca de él. Sería un testimonio de que Dios iba a cuidar de los dos, mientras ellos iban por caminos separados. Labán incluyó que si Jacob iba a abusar o añadir otra mujer a su monto actual que Dios estaría mirando. Me resulta curioso que Labán dijo que era el pilar que él hizo. ¡El pasaje dice que Jacob lo hizo! Ambos juraron no cruzar el pilar para hacer daño el uno al otro y pasaron la noche allí. Por la mañana se separaron.
Labán besó a todos sus nietos, los bendijo y se fue a su casa.
Podemos ver que tenemos que confiar en el Dios verdadero no en dioses hecho por manos humanas. Después de esto Jacob puso sus ojos a su destino, la tierra de Canaán, para enfrentarse a su hermano Esaú. El último recuerdo de su hermano era que él quería matarlo. Sólo podemos imaginar lo asustado que Jacob era, pero él siguió adelante hasta donde Dios le ordenó que se fuera. ¿Tenemos la misma determinación? ¿Vas a obedecer a Dios, incluso si eso significa entrar en situaciones que no son "agradables"? Como cristiano, yo puedo asegurar que esas situaciones vendrán. ¿Vas a estar preparado para ese momento? ¡Ya te estás preparando mediante el leer y estudiar Su Palabra! Llegamos a ser más fuerte cuanto más aprendemos de la Palabra de Dios.
Labán besó a todos sus nietos, los bendijo y se fue a su casa.
Podemos ver que tenemos que confiar en el Dios verdadero no en dioses hecho por manos humanas. Después de esto Jacob puso sus ojos a su destino, la tierra de Canaán, para enfrentarse a su hermano Esaú. El último recuerdo de su hermano era que él quería matarlo. Sólo podemos imaginar lo asustado que Jacob era, pero él siguió adelante hasta donde Dios le ordenó que se fuera. ¿Tenemos la misma determinación? ¿Vas a obedecer a Dios, incluso si eso significa entrar en situaciones que no son "agradables"? Como cristiano, yo puedo asegurar que esas situaciones vendrán. ¿Vas a estar preparado para ese momento? ¡Ya te estás preparando mediante el leer y estudiar Su Palabra! Llegamos a ser más fuerte cuanto más aprendemos de la Palabra de Dios.