Juan 8:31-59
8:31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
8:32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
8:33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?
Jesús continuó hablando a las masas. Él les dijo el versículo increíblemente famoso. La verdad los hará libres. ¿Pero la verdad de quien es la que les liberará? ¡La verdad de Jesús! ¡La que es vista en la Biblia! La Biblia es la fuente de la Palabra de Dios para nosotros.
Los judíos, quizás sin pensarlo, dijeron que ellos no eran esclavos de nadie. Los judíos eran esclavos de dos amos en ese mismo instante. Uno era obvio a cualquiera, el otro solo era conocido por la persona. Ellos fueron esclavos del Imperio Romano, no importa cuanto ellos buscaran negarlo; ellos estaban siendo gobernados por otra nación. El segundo amo que cualquier persona tiene, es el pecado. El pecado es un amo que lastima nuestras vidas desde el primer día en que somos concebidos. No podemos liberarnos a nosotros mismos de las garras del pecado sin la verdad del Evangelio. Jesús es el único que puede liberarnos del pecado.
8:34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
8:35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.
8:36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
8:37 Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros.
8:38 Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre.
8:39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.
8:40 Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.
8:41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios.
Jesús, siendo un maestro paciente, les explicó que nosotros somos esclavos del pecado (El no esta incluido en el “síndrome de la raza humana normal”). El tiernamente le explica a la gente perdida que El es lo único que satisfará la deuda del pecado en cada persona. Pero, aunque esas personas eran físicamente pueblo de Dios, debido al nacimiento, eso no los hace a ellos espiritualmente (lo que es mas importante) pueblo de Dios.
Esto puede aplicarse a aquellos que nacieron en la iglesia, o “nacieron dentro del cristianismo.” Solo porque tus padres fueron salvos eso no quiere decir que ustedes son salvos. Cada persona debe tener su propio encuentro con el Hijo de Dios. Cada persona debe arrepentirse y creer por si mismo. La puerta estrecha del evangelio no permite a entrar a dos juntos; cada persona debe decidir por si mismo. Ni la raza, ni la familia, ni cosa alguna puede salvarte, solo Jesucristo.
8:42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.
8:43 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.
8:44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
8:45 Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.
8:46 ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?
8:47 El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
Jesús intento aclararles sus pensamientos. Los judíos habían estado diciendo que ellos solo tuvieron un Dios. Jesús les contesto a este comentario que Dios lo envió a Él. De modo que si ellos amaran a Dios ellos lo amarían a Él y lo seguirían a Él. Jesús les dijo que ellos eran hijos del diablo, porque ellos buscaban matarlo, y no quisieron escuchar la verdad. Ellos no eran hijos espirituales de Abraham. Ellos no eran pueblo de Dios; ellos solo pensaban que lo eran a causa de su linaje. La gente no tenia prueba de que el no estaba diciendo la verdad. Jesús no podía ser convencido de que haya cometido algún crimen o algún pecado.
El diablo, como podemos ver en estos versículos, es un asesino y un mentiroso desde el principio de la creación. Profundizaremos mas en lo que podemos inferir de el en la Biblia cuando entremos en la doctrina de Satanás.
8:48 Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?
8:49 Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis.
8:50 Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga.
8:51 De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte.
Los judíos acusaron a Jesús de ser las peores cosas que ellos podían pensar: un Samaritano (mitad judío, mitad gentil) y uno poseído por un demonio.
Jesús contesto como usualmente lo hizo con algo importante. Junto al hecho de que El rechazo sus ridículas afirmaciones, El dijo que El habló para glorificar a Dios, no a Sí mismo. Él no estaba buscando gloria o fama para Si mismo; Él buscaba que la gente buscara la verdad. Su Palabra es Verdad, Si alguien sigue Su Palabra nunca morirá. Usted leyó correctamente, un cristiano nunca mira el interior de su ataúd. Cuando morimos estamos presentes con el Señor.
8:52 Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.
8:53 ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? ¡Y los profetas murieron! ¿Quién te haces a ti mismo?
8:54 Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios.
8:55 Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra.
8:56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.
8:57 Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?
8:58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
8:59 Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.
Los judíos acusaron a Jesús de decir que El era más grande que Abraham porque Él puede hacer que la gente viva y no pruebe la muerte. Jesús básicamente confirmó sus pensamientos. El fue y es más grande que Abraham. El es más grande que todos. Dios el Padre glorifica al Hijo, mientras el Hijo glorifica al Padre. El fue mucho más grande que Abraham y Abraham regocijo cuando Jesús vino al mundo.
Los judíos pensaron físicamente de nuevo, y dijeron que Jesús no tenía ni siquiera 50 años de edad. Esto es cierto, en su cuerpo físico, pero Jesús era Dios encarnado, y siendo Dios El ha existido desde antes que el tiempo existiera. ¡Jesús les dijo a todos los presentes que antes de que Abraham fuera “YO SOY”; este fue el nombre de pacto de Dios que dio a Moisés! La gente estaba tan disgustada que levantaron piedras para apedrearlo, pero Jesús había puesto camino de por medio, porque este todavía no era Su tiempo para morir.
8:31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
8:32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
8:33 Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?
Jesús continuó hablando a las masas. Él les dijo el versículo increíblemente famoso. La verdad los hará libres. ¿Pero la verdad de quien es la que les liberará? ¡La verdad de Jesús! ¡La que es vista en la Biblia! La Biblia es la fuente de la Palabra de Dios para nosotros.
Los judíos, quizás sin pensarlo, dijeron que ellos no eran esclavos de nadie. Los judíos eran esclavos de dos amos en ese mismo instante. Uno era obvio a cualquiera, el otro solo era conocido por la persona. Ellos fueron esclavos del Imperio Romano, no importa cuanto ellos buscaran negarlo; ellos estaban siendo gobernados por otra nación. El segundo amo que cualquier persona tiene, es el pecado. El pecado es un amo que lastima nuestras vidas desde el primer día en que somos concebidos. No podemos liberarnos a nosotros mismos de las garras del pecado sin la verdad del Evangelio. Jesús es el único que puede liberarnos del pecado.
8:34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.
8:35 Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.
8:36 Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
8:37 Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros.
8:38 Yo hablo lo que he visto cerca del Padre; y vosotros hacéis lo que habéis oído cerca de vuestro padre.
8:39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.
8:40 Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.
8:41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no somos nacidos de fornicación; un padre tenemos, que es Dios.
Jesús, siendo un maestro paciente, les explicó que nosotros somos esclavos del pecado (El no esta incluido en el “síndrome de la raza humana normal”). El tiernamente le explica a la gente perdida que El es lo único que satisfará la deuda del pecado en cada persona. Pero, aunque esas personas eran físicamente pueblo de Dios, debido al nacimiento, eso no los hace a ellos espiritualmente (lo que es mas importante) pueblo de Dios.
Esto puede aplicarse a aquellos que nacieron en la iglesia, o “nacieron dentro del cristianismo.” Solo porque tus padres fueron salvos eso no quiere decir que ustedes son salvos. Cada persona debe tener su propio encuentro con el Hijo de Dios. Cada persona debe arrepentirse y creer por si mismo. La puerta estrecha del evangelio no permite a entrar a dos juntos; cada persona debe decidir por si mismo. Ni la raza, ni la familia, ni cosa alguna puede salvarte, solo Jesucristo.
8:42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.
8:43 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra.
8:44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
8:45 Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.
8:46 ¿Quién de vosotros me redarguye de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis?
8:47 El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.
Jesús intento aclararles sus pensamientos. Los judíos habían estado diciendo que ellos solo tuvieron un Dios. Jesús les contesto a este comentario que Dios lo envió a Él. De modo que si ellos amaran a Dios ellos lo amarían a Él y lo seguirían a Él. Jesús les dijo que ellos eran hijos del diablo, porque ellos buscaban matarlo, y no quisieron escuchar la verdad. Ellos no eran hijos espirituales de Abraham. Ellos no eran pueblo de Dios; ellos solo pensaban que lo eran a causa de su linaje. La gente no tenia prueba de que el no estaba diciendo la verdad. Jesús no podía ser convencido de que haya cometido algún crimen o algún pecado.
El diablo, como podemos ver en estos versículos, es un asesino y un mentiroso desde el principio de la creación. Profundizaremos mas en lo que podemos inferir de el en la Biblia cuando entremos en la doctrina de Satanás.
8:48 Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?
8:49 Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis.
8:50 Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga.
8:51 De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte.
Los judíos acusaron a Jesús de ser las peores cosas que ellos podían pensar: un Samaritano (mitad judío, mitad gentil) y uno poseído por un demonio.
Jesús contesto como usualmente lo hizo con algo importante. Junto al hecho de que El rechazo sus ridículas afirmaciones, El dijo que El habló para glorificar a Dios, no a Sí mismo. Él no estaba buscando gloria o fama para Si mismo; Él buscaba que la gente buscara la verdad. Su Palabra es Verdad, Si alguien sigue Su Palabra nunca morirá. Usted leyó correctamente, un cristiano nunca mira el interior de su ataúd. Cuando morimos estamos presentes con el Señor.
8:52 Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.
8:53 ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? ¡Y los profetas murieron! ¿Quién te haces a ti mismo?
8:54 Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios.
8:55 Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra.
8:56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.
8:57 Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?
8:58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.
8:59 Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.
Los judíos acusaron a Jesús de decir que El era más grande que Abraham porque Él puede hacer que la gente viva y no pruebe la muerte. Jesús básicamente confirmó sus pensamientos. El fue y es más grande que Abraham. El es más grande que todos. Dios el Padre glorifica al Hijo, mientras el Hijo glorifica al Padre. El fue mucho más grande que Abraham y Abraham regocijo cuando Jesús vino al mundo.
Los judíos pensaron físicamente de nuevo, y dijeron que Jesús no tenía ni siquiera 50 años de edad. Esto es cierto, en su cuerpo físico, pero Jesús era Dios encarnado, y siendo Dios El ha existido desde antes que el tiempo existiera. ¡Jesús les dijo a todos los presentes que antes de que Abraham fuera “YO SOY”; este fue el nombre de pacto de Dios que dio a Moisés! La gente estaba tan disgustada que levantaron piedras para apedrearlo, pero Jesús había puesto camino de por medio, porque este todavía no era Su tiempo para morir.