Juan 3:22-4:6
3:22 Después de esto, vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea, y estuvo allí con ellos, y bautizaba.
3:23 Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados.
3:24 Porque Juan no había sido aún encarcelado.
3:25 Entonces hubo discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación.
3:26 Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él.
Aquí vemos que el ministerio de Juan el Bautista y Jesús traslaparon algo. Juan estaba bautizando y Jesús estaba bautizando (más parecido a supervisando a Sus discípulos que bautizaban). Los discípulos de Juan vinieron a él para preguntarle si estaba del todo bien que la gente estuviera yendo a Jesús en lugar de Él. No sabemos si esto fue simplemente una pregunta inocente o un asunto de celos, ¡pero sabemos que ellos tenían curiosidad!
3:27 Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.
3:28 Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.
3:29 El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido.
3:30 Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.
Juan respondió magistralmente. Él conocía que Su ministerio era dado del cielo. Él sabía y sus discípulos sabían que él no era el Cristo o el Mesías, él era el precursor. Él era el profeta que limpiaría el camino para el Mesías por venir. Él era el amigo del esposo, no la novia o el novio. Él estaba contento y satisfecho en su posición. El versículo 30 dice esto perfectamente, “Él debe crecer, y yo necesito decrecer!”
¿Tienes tú los mismos sentimientos? Es tu objetivo en la vida hacer un gran nombre para Dios? O vives para hacer un gran nombre para ti mismo o para otra persona? Una vida vivida fuera del propósito de traer Gloria a Dios será una vida desperdiciada. ¿Para quién vives tú? ¿Está disminuyendo tu “normal” (ahora el “yo” antiguo)? Estás teniendo más y más ganas por la Palabra de Dios? ¿Estás orando más? Te estás pareciendo más a Jesús que lo que hiciste el año pasado? ¿Estás creciendo como Él en todo?
3:31 El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.
3:32 Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio.
3:33 El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz.
3:34 Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida.
3:35 El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano.
3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Juan supo que Jesús vino del Cielo. Jesús estaba y está sobre todo. Él es Dios encarnado. Nosotros sabemos que Dios es Verdad y en Él no hay mentiras. Así sabemos que en Cristo no hay mentiras. Dios el Padre envió a Jesús, y en Jesús estaba la plena medida de Dios. Todo es dado en las manos de Jesús; Él está al mando y en directa autoridad sobre cada cosa que existe. Él único camino para tener vida eterna es a través de creer en nuestros corazones en Jesús. Todos los que no creen están en el estado de ira.
¿Qué es la vida eternal? Es dos cosas. Primero, esta es la vida que viviremos cuando nos toque morir; una vida que estará en el Cielo por toda la eternidad con Dios y con todos los santos. Segundo, esta es una vida que vivimos ahora. Si aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, tenemos el privilegio de tener una relación con nuestro Señor. Esta relación puede estar llena de vida si nosotros le permitimos ser. Hay dos modos de comunicarse con Dios, la primera es a través de su Palabra donde él nos habla, y el segundo modo es nuestra conversación con Dios llamada oración.La Comunicación es vital en esta relación.
4:1 Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan
4:2 (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),
4:3 salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea.
4:4 Y le era necesario pasar por Samaria.
4:5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.
4:6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.
Jesús dejó Judea y vino a Galilea porque los Fariseos lo encontraron. Jesús sabía cuando vendría su tiempo para morir y también supo que vendría de confrontar a los Fariseos. Desde que Él supo que este no era el tiempo de morir aún, Él dejó el lugar donde estaba y vino a Galilea en el norte.
Jesús vino a través de una provincial llamada Samaria. Samaria era menospreciada por los Judíos. Los samaritanos eran considerados por los Judíos como “media raza”; Estos son Judíos que se casarón con gente de las naciones paganas de Asiria y otros más. Esta gente era odiada por los Judíos que era usual que ellos cruzaran dos veces el rio Jordán para evitar poner un pie en la provincia de Samaria. En Samaria Jesús se detuvo en una ciudad de nombre Sicar. Puesto que estaba cansado, Él se detuvo en al pozo como a eso del medio día (hora sexta). Aquí vemos el lado humano de Jesús: Él se cansó. Jesús tuvo que ser 100% humano para tomar nuestro lugar, pero 100% Dios para completar lo que necesitaba ser hecho por un humano para redimir a la humanidad. Esto encaja muy bien con lo que sucede en los libros de Juan.
3:22 Después de esto, vino Jesús con sus discípulos a la tierra de Judea, y estuvo allí con ellos, y bautizaba.
3:23 Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados.
3:24 Porque Juan no había sido aún encarcelado.
3:25 Entonces hubo discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación.
3:26 Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él.
Aquí vemos que el ministerio de Juan el Bautista y Jesús traslaparon algo. Juan estaba bautizando y Jesús estaba bautizando (más parecido a supervisando a Sus discípulos que bautizaban). Los discípulos de Juan vinieron a él para preguntarle si estaba del todo bien que la gente estuviera yendo a Jesús en lugar de Él. No sabemos si esto fue simplemente una pregunta inocente o un asunto de celos, ¡pero sabemos que ellos tenían curiosidad!
3:27 Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.
3:28 Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.
3:29 El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido.
3:30 Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.
Juan respondió magistralmente. Él conocía que Su ministerio era dado del cielo. Él sabía y sus discípulos sabían que él no era el Cristo o el Mesías, él era el precursor. Él era el profeta que limpiaría el camino para el Mesías por venir. Él era el amigo del esposo, no la novia o el novio. Él estaba contento y satisfecho en su posición. El versículo 30 dice esto perfectamente, “Él debe crecer, y yo necesito decrecer!”
¿Tienes tú los mismos sentimientos? Es tu objetivo en la vida hacer un gran nombre para Dios? O vives para hacer un gran nombre para ti mismo o para otra persona? Una vida vivida fuera del propósito de traer Gloria a Dios será una vida desperdiciada. ¿Para quién vives tú? ¿Está disminuyendo tu “normal” (ahora el “yo” antiguo)? Estás teniendo más y más ganas por la Palabra de Dios? ¿Estás orando más? Te estás pareciendo más a Jesús que lo que hiciste el año pasado? ¿Estás creciendo como Él en todo?
3:31 El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.
3:32 Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio.
3:33 El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz.
3:34 Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida.
3:35 El Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano.
3:36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.
Juan supo que Jesús vino del Cielo. Jesús estaba y está sobre todo. Él es Dios encarnado. Nosotros sabemos que Dios es Verdad y en Él no hay mentiras. Así sabemos que en Cristo no hay mentiras. Dios el Padre envió a Jesús, y en Jesús estaba la plena medida de Dios. Todo es dado en las manos de Jesús; Él está al mando y en directa autoridad sobre cada cosa que existe. Él único camino para tener vida eterna es a través de creer en nuestros corazones en Jesús. Todos los que no creen están en el estado de ira.
¿Qué es la vida eternal? Es dos cosas. Primero, esta es la vida que viviremos cuando nos toque morir; una vida que estará en el Cielo por toda la eternidad con Dios y con todos los santos. Segundo, esta es una vida que vivimos ahora. Si aceptamos a Jesús como nuestro Salvador, tenemos el privilegio de tener una relación con nuestro Señor. Esta relación puede estar llena de vida si nosotros le permitimos ser. Hay dos modos de comunicarse con Dios, la primera es a través de su Palabra donde él nos habla, y el segundo modo es nuestra conversación con Dios llamada oración.La Comunicación es vital en esta relación.
4:1 Cuando, pues, el Señor entendió que los fariseos habían oído decir: Jesús hace y bautiza más discípulos que Juan
4:2 (aunque Jesús no bautizaba, sino sus discípulos),
4:3 salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea.
4:4 Y le era necesario pasar por Samaria.
4:5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José.
4:6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta.
Jesús dejó Judea y vino a Galilea porque los Fariseos lo encontraron. Jesús sabía cuando vendría su tiempo para morir y también supo que vendría de confrontar a los Fariseos. Desde que Él supo que este no era el tiempo de morir aún, Él dejó el lugar donde estaba y vino a Galilea en el norte.
Jesús vino a través de una provincial llamada Samaria. Samaria era menospreciada por los Judíos. Los samaritanos eran considerados por los Judíos como “media raza”; Estos son Judíos que se casarón con gente de las naciones paganas de Asiria y otros más. Esta gente era odiada por los Judíos que era usual que ellos cruzaran dos veces el rio Jordán para evitar poner un pie en la provincia de Samaria. En Samaria Jesús se detuvo en una ciudad de nombre Sicar. Puesto que estaba cansado, Él se detuvo en al pozo como a eso del medio día (hora sexta). Aquí vemos el lado humano de Jesús: Él se cansó. Jesús tuvo que ser 100% humano para tomar nuestro lugar, pero 100% Dios para completar lo que necesitaba ser hecho por un humano para redimir a la humanidad. Esto encaja muy bien con lo que sucede en los libros de Juan.