Juan 1:19-34
1:19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?
1:20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo.
1:21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.
Empezamos viendo que Juan el Bautista se ha convertido en alguien famoso, lo suficiente para que los líderes religiosos vinieran a ver lo que estaba sucediendo. Juan demostró ser una forma de Elías, como fue profetizado por los profetas (Malaquías 4:5). Él podría dirigir el camino hacia el Mesías. Los líderes le hicieron varias preguntas tratando de ver lo que pudiera ser una amenaza para ellos y a todas respondió que no. Juan no reclamó fama, sino que continuó la obra de Dios, preparando a otros para el Mesías.
Aunque ellos fueron líderes religiosos de su día, estaban tan ciegos por el legalismo, que ellos perdieron de vista que la Biblia estaba siendo cumplida en medio de ellos.
1:22 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?
1:23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.
Juan no pretendió ser alguno de los profetas, pero si pretendió ser la voz que habló en el desierto. El afirmó ser el cumplimiento de Isaías 40:3. El afirmó ser el que preparaba el camino al Mesías.
1:24 Y los que habían sido enviados eran de los fariseos.
1:25 Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?
1:26 Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.
1:27 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.
Los Fariseos (del los cuales hablaremos más cuando hablemos acerca del período intertestamentario) fueron grupos religiosos de los judíos. Ellos le preguntaron por qué Juan estaba bautizando si él no era un profeta, `sino sólo una voz.
Juan respondió que El que estaba por venir era más grande que él; Uno de quien no era digno de quitarle el calzado (que era la tarea más baja de ese día). ¿Te ves a tí mismo en ese estado? ¿Ves que no eres digno aun de inclinarte ante Dios es toda Su vasta santidad? Si no, necesitas verte a ti mismo por quien verdaderamente eres. Somos ingratas creaturas rebeldes que muerden y maldicen la mano que nos alimenta. ¡No merecemos nada sino el infierno, pero Dios vino a salvarnos a aquellos que éramos indignos de ser salvar! ¡Amen!
1:28 Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
1:30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.
1:31 Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.
El siguiente día Juan vio a Jesús viniendo. Aquí Juan declara que Jesús era el cordero de Dios, no solo eso, ¡sino que este cordero quitaría los pecados del mundo! Esto fue muy importante para los judíos porque ellos sacrificaban corderos como el substituto por sus propios pecados. ¡El remedio permanente por el pecado y la muerte finalmente ha llegado! Esto podría sólo venir si él fue el pago por todo el pecado cometido, y si El tenia una verdadera autoridad sobre el pecado y la muerte. Un hombre sin pecado, vino a pagar una deuda, (pecado y muerte) que él no merecía, de modo que esa vida pudiera ser acreditada a aquellos que no la tienen. ¡Esto es lo que Jesús hizo!
Note que Juan sabía que este era Dios encarnado, porque Juan dijo el cordero que existía antes de él. Miraremos cuando vayamos a través del evangelio de Lucas que Jesús nació antes de Juan.
1:32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.
1:33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
1:34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
El bautismo de Jesús por Juan no está registrado en este evangelio pero podemos ver que Juan claramente recuerda lo que sucedió. Dios aprobó completamente que este fué el Salvador del mundo. No solo fue este nombre el Salvador sino que Él también fue el Hijo de Dios.
1:19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?
1:20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo.
1:21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.
Empezamos viendo que Juan el Bautista se ha convertido en alguien famoso, lo suficiente para que los líderes religiosos vinieran a ver lo que estaba sucediendo. Juan demostró ser una forma de Elías, como fue profetizado por los profetas (Malaquías 4:5). Él podría dirigir el camino hacia el Mesías. Los líderes le hicieron varias preguntas tratando de ver lo que pudiera ser una amenaza para ellos y a todas respondió que no. Juan no reclamó fama, sino que continuó la obra de Dios, preparando a otros para el Mesías.
Aunque ellos fueron líderes religiosos de su día, estaban tan ciegos por el legalismo, que ellos perdieron de vista que la Biblia estaba siendo cumplida en medio de ellos.
1:22 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?
1:23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.
Juan no pretendió ser alguno de los profetas, pero si pretendió ser la voz que habló en el desierto. El afirmó ser el cumplimiento de Isaías 40:3. El afirmó ser el que preparaba el camino al Mesías.
1:24 Y los que habían sido enviados eran de los fariseos.
1:25 Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta?
1:26 Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.
1:27 Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado.
Los Fariseos (del los cuales hablaremos más cuando hablemos acerca del período intertestamentario) fueron grupos religiosos de los judíos. Ellos le preguntaron por qué Juan estaba bautizando si él no era un profeta, `sino sólo una voz.
Juan respondió que El que estaba por venir era más grande que él; Uno de quien no era digno de quitarle el calzado (que era la tarea más baja de ese día). ¿Te ves a tí mismo en ese estado? ¿Ves que no eres digno aun de inclinarte ante Dios es toda Su vasta santidad? Si no, necesitas verte a ti mismo por quien verdaderamente eres. Somos ingratas creaturas rebeldes que muerden y maldicen la mano que nos alimenta. ¡No merecemos nada sino el infierno, pero Dios vino a salvarnos a aquellos que éramos indignos de ser salvar! ¡Amen!
1:28 Estas cosas sucedieron en Betábara, al otro lado del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
1:29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
1:30 Este es aquel de quien yo dije: Después de mí viene un varón, el cual es antes de mí; porque era primero que yo.
1:31 Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por esto vine yo bautizando con agua.
El siguiente día Juan vio a Jesús viniendo. Aquí Juan declara que Jesús era el cordero de Dios, no solo eso, ¡sino que este cordero quitaría los pecados del mundo! Esto fue muy importante para los judíos porque ellos sacrificaban corderos como el substituto por sus propios pecados. ¡El remedio permanente por el pecado y la muerte finalmente ha llegado! Esto podría sólo venir si él fue el pago por todo el pecado cometido, y si El tenia una verdadera autoridad sobre el pecado y la muerte. Un hombre sin pecado, vino a pagar una deuda, (pecado y muerte) que él no merecía, de modo que esa vida pudiera ser acreditada a aquellos que no la tienen. ¡Esto es lo que Jesús hizo!
Note que Juan sabía que este era Dios encarnado, porque Juan dijo el cordero que existía antes de él. Miraremos cuando vayamos a través del evangelio de Lucas que Jesús nació antes de Juan.
1:32 También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él.
1:33 Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
1:34 Y yo le vi, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
El bautismo de Jesús por Juan no está registrado en este evangelio pero podemos ver que Juan claramente recuerda lo que sucedió. Dios aprobó completamente que este fué el Salvador del mundo. No solo fue este nombre el Salvador sino que Él también fue el Hijo de Dios.
¿Qué hemos visto de Jesús solo en este tema del versículo 15? Jesús es Dios, el Cordero de Dios que quitaría los pecados del mundo, es el Salvador del mundo, y que Él es el Hijo of Dios (la segunda persona de la Trinidad como aprenderemos más tarde). Y si esto no hace que te emociones, No tienes idea de que Dios viniera y proveyera nuestra salvación a través de sí mismo.